Choche. EstudioEstres.

14 de diciembre de 2009

El Dr. Jekyll y Mr. Hyde



Este verano leí el libro juvenil El Dr. Jekyll y Mr. Hyde. Siempre había visto películas o series sobre este libro, pero no hay nada como leerlo. Lo recomiendo de veras, pues es bastante más terrorífico de lo que pueden presentarnos las imágenes. Cuando lo lees, tu mente empieza a reflexionar sobre dónde está el límite del ser humano.
En este relato, se nos muestra el lado positivo y óptimo del hombre, pero también el monstruo que puede llegar a ser por una desfiguración del mismo. Y eso es lo terrorífico, que comenté antes, que procede principalmente del propio YO (aunque en ocasiones las circunstancias que nos rodean pueden ayudar a esto).
Harold Bloom, cuando da su opinión en el posfacio de la obra de Frankenstein de Mary Shelley, señala la confusión entre la criatura y su creador, pues ambos son las mitades opuestas del mismo ser. Lo mismo sucede en el libro que me leí este verano, pues el protagonista (Dr. Jekyll y Mr. Hyde) acaba por rendirse ante la evidencia de una verdadera naturaleza del hombre reprimida por la moral. ¡Esto da miedo!
Y yo me pregunto, ¿no se puede relacionar esta dualidad del ser humano con el verdadero monstruo del siglo XXI? ¿Cuál es ese monstruo? Desde mi punto de vista, deberíamos buscarlo en opciones más cercanas como los miedos, deseos inalcanzables, ansiedades o fantasías... que convierten al ser humano en menos humano. Por ejemplo, el miedo a lo desconocido (inmigración, homosexualidad...). O el deseo inalcanzable del poder y la ambición, la importancia que se le da hoy al dinero y lo que podemos llegar a hacer hoy para conseguirlo. O, desde otro punto de vista, a perder ese poder sobre algún ser humano (violencia de género).
Por no hablar de la pobreza mundial, del cambio climático o de la fabricación indiscriminada de armas, consecuencia todo ello del otro YO del ser humano (Mr. Hyde).
¿No da más miedo esta clase de monstruos? Son los de hoy, los de nuestros días y frente a los que nos debemos enfrentar.

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